
Hace mucho que no actualizo este blog, desde que apareció una persona en mi vida que la llenó tanto como para no poder perder el tiempo en nimiedades.
Pero ahora ha aparecido otra persona más, mi hija, y creo llegado el momento de seguir escribiendo mi vida, a partir de la suya.
Por ello me vais a permitir que ponga un soneto a la única cosa perfecta que he hecho en esta vida: Mi hija Amaya. Me gustaría que dentro de unos años, esté a su lado o unos metros por debajo, supiera que su padre llenaba cada día con su pensamiento y que ella estaba presente en su vida desde que sonaba el despertador.
Vivirás por mí
No entiendo el álgebra de las palabras
para dejarlo escrito en tu recuerdo
pero quiero mandarte, aún que estoy cuerdo,
un mensaje que en el futuro abras.
No heredas mis reflexiones macabras
sobre este planeta ignorante y cerdo
que solo de su cinismo me acuerdo,
ya lo veras cuando tu vida entreabras
Te lego esta urbe de palomas muertas
llena de mis noches, mi insomnio y mis miedos.
Nuestras llamadas a cerradas puertas.
En la maleta ya llevas abiertas
tu infancia y tu felicidad sin credos
por mamá hiladas con manos expertas.
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