Alegre tarde
de moribundo calor.
Ella me pregunta
mientras la luz
su joven cara abandona:
-¿Por qué me quieres?
Con blanca sorpresa
desnudo de ideas
no encuentro respuesta,
solo mi mente refleja
en mis labios
una respuesta
sentida:
- No lo sé.
Pregúntale al mar.
Pero tienes que ir a verle.
Y vete conmigo
Para que le susurre la respuesta.
Frente al mar,
una cara
con arrugas de vida
jugando con el agua,
le pregunta:
- ¿Por qué me quiso?
Y se oye un susurro.
Un susurro de olas.
(Esto lo escribí cuando estaba con mi última amiga. Un día estábamos en una terraza y me hizo esa pregunta. La prometí que si me recordaba esa frase la escribiría un poema. Al día siguiente recibí su correo)
jueves, 15 de febrero de 2007
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